viernes, 5 de abril de 2013

¿Realidad?



Realidad, puñetera palabra que nos lleva a todos de cabeza.

Quizá sea aquello que suceda en un espacio temporal, y nada más.

Quizá no tenga que ver más que con la posible repercusión entre el entorno y una sola persona.

¿Realidad?, pues todo aquello que repercuta en beneficio o perjuicio propio.

Realidad, es única y como tal será inalcanzable, pues, tantas cosas afectan en cada momento que, ya será bastante con controlar algunos de los factores. Así, la realidad, habrá que contemplarlo como ese conjunto de factores que nos benefician o perjudican, y como tales, algunos, son conseguibles mediante la voluntad y otros, sencillamente, son producto de la sorpresa, en lo que llamamos suerte (buena o mala).

Aire es realidad  comida, palabra, luz, calor, todo es el contexto, lo que nos repercute, y, serán soportados satisfactoriamente si adoptamos algunas medidas para que aquello sea beneficioso.

El aire, se produce a tu alrededor, pero también en tus antípodas, y no puedes decir que tu aire no sea consecuencia de aquel, y viceversa, más bien, porque se da uno también se da el otro, aunque tu solo notas el que choca contigo, quizá puedas resguardarte del tuyo, pero no puedes hacer nada con el otro, ya que no lo sientes, aunque si serás capaz de comunicarle a tu amistad, que se encuentra charlardo contigo por estos medios modernos, sobre qué es lo que puede hacer, como si de ti se tratara, es decir, eres capaz de ponerte en su lugar, aunque nunca fuera a ocurrir, para adoptar medidas beneficiosas, como si fueran para ti.

Entonces, sentir es la realidad y en la medida que tu sentir sea más amplio o menos, mayor o menor es tu realidad.

La palabra, oral o escrita, tienen su repercusión mas allá de las fronteras físicas, gracias a los adelantos tecnológicos, llegan a donde, quizá, nunca puedas llegar físicamente, y también, los receptores de esas palabras sentirán el aire que llevan y, al recibir su mensaje, sentirán. Gracias a ello, la realidad pasa de ser ese espacio físico-temporal de lo inmediatamente repercutible a ese otro espacio físico-temporal ampliado que también repercute en el sentir.

No obstante, quien siente tiende a actuar según ese sentimiento. Si insultas a un transeúnte que pasa a tu lado, éste te mostrará su enojo y, quizá, la cuestión física hará acto de presencia. Si insultas a una persona por teléfono o por Internet, ésta también actuará según ese sentir que le produzca el insulto, quizá al no existir la cercanía física, se produzca una situación de intolerancia hacia esa agresión verbal o textual, pero, en todos los casos, el sentir produce unas acciones.

Estas acciones, son las que consideramos son las correctas, no necesariamente las que sean las mejores por su bondad, sino aquellas que puedan traer como consecuencia algo favorable para uno. En los ejemplos, tanto el que insulta como el insultado, actúan según su propio criterio pero tras esa acción buscan algo para ellos, otra cosa distinta es pensar si el fin justifica los medios, bondades o maldades, casualidades, situaciones fortuitas, etc., eso es otra conversación. Digo lo de insultar porque esto parece que se verá mas claro, pues, no estamos acostumbrados a reaccionar instintivamente ante un abrazo, un beso u otras acciones positivas, pues están demasiado controladas por los prejuicios sociales.

Dicho esto, el sentir genera acciones y las acciones buscan aportaciones a la realidad en relación al beneficio propio, así pues, esa realidad que uno lleva dentro le genera toda una serie de expectativas imaginativas que le hacen desearlas, y este deseo, promueve ese sentir que se “buscará las mañas” para hacer realidad al deseo en alguna medida, aunque siempre se espera sea lo más amplia posible.

Ahora puedo decir que el aire que se produce en tus antípodas genera el aire que te repercute, pues uno es deseo y el otro es la acción proveniente de ello. Y, al revés, tu eres el aire que generará en tus antípodas ciertos efectos.

Estos efectos nos darán información sobre lo cubierto que está ese deseo, y en la medida en la que lo estimemos suficiente, alguna apetencia quedará cubierta, pues si de algún sitio procede este deseo es de la apetencia de que algo, más grande que el propio deseo, se produzca, y el deseo se convierte en una focalización concreta de las posibilidades para darle cumplimiento. Digamos que para satisfacer la apetencia del hambre, uno mira su frigorífico y en relación a lo que hay en él, come, pues más o menos me refiero a esto.

El hambre utiliza al deseo de comer, lo posible (frigorífico), incitando a ciertas sensaciones físicas que generarán sentimientos (ansiedad, intranquilidad, tristeza, etc.) hacia una acción resolutiva tendente a satisfacer a la apetencia llamada hambre, y termina comiendo. Ahora bien, comer es por algo, existe algo antes que comer, y esto es la propia configuración básica de uno mismo, UNO no puede no comer pues si se produce esa sensación es para mantenerle vivo, así que esas apetencias obedecen a algo superior a sí mismas para vivir.

En la relación con el entorno, tenemos (o padecemos) determinados sentimientos ante las acciones que nos repercuten. Actuamos como receptores de esa realidad, que informarán a los deseos y éstos a las apetencias sobre qué hacer en relación a ello para dar una respuesta “beneficiosa” mediante una acción. Es como el hombre que es insultado, sus sentimientos informan a sus deseos de que está siendo agredido y éstos, que están organizados en conjuntos de sentimientos, motivan a la apetencia superior para que aquella agresión responda mediante otro deseo de respuesta que genere el sentimiento beneficioso del momento, y, este busque en su frigorífico para responder con acciones de la mano de ese sentimiento.

Realmente, vivir es lo único que tenemos que hacer, para conseguirlo, existen determinadas apetencias, según los deseos, que puedan tener ciertas expectativas de éxito, el mundo de las sensaciones sensoriales nos generarán unos sentimientos que utilizarán de acciones para conseguir VIVIR.

¿Qué es la realidad?... pues es ésto: VIVIR.

1 comentario:

  1. La teoría del caos ... esa respiración y las antípodas ...
    En mi humilde opinión .. el fin no justifica los medios ..
    Realidad.. vida.. Realidad ficticia? Idealizada? Real? .. Eso ya .. es tema de un buen debate ...

    Me ha gustado mucho tu "perorata" David...

    Un cálido abrazo

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